La conductora del programa del canal Caracol 'Día a día' contó cómo su fe le ha permitido sobrellevar la situación de salud de su hijo Salvador.
Carolina Cruz abrió su corazón durante una entrevista para la última edición impresa de Aló, y allí contó detalles de su vida personal, sus planes profesionales y de cómo ha sido el camino en pro de la recuperación de su segundo hijo.
Desde el nacimiento de Salvador, la vallecaucana ha compartido en sus redes sociales el proceso de crecimiento y recuperación del niño tras los varios problemas de salud que experimentó en sus primeros meses de vida.
Hace unas semanas la orgullosa mamá contó que su pequeño hijo le ha regalado muchas alegrías ya que ha pronunciado sus primeras palabras y comenzó a gatear.
Carolina Cruz afianza su fe en Dios
La también exreina del Valle del Cauca, relató al medio de actualidad cómo la experiencia que ha vivido desde que nació su hijo la ha llevado a aferrarse a su fe por Dios y a la Virgen, encontrando en ellos el cobijo que ha necesitado en este duro camino. “Aunque sea difícil de creer para muchos, ni siquiera en el momento uno fui capaz de reprocharle a Dios. Recuerdo que apenas supe, destruida, vuelta nada y llorando me puse de rodillas para hablarle y le dije: ‘Me lo enviaste por algo y verás cómo lo sacaré adelante'”, expresó la presentadora.
Asimismo, Cruz explicó que está convencida de que lo que pasa en su vida se trata de una enseñanza y que por eso lo enfrenta como tal. “Desde un principio maquinamos con fe, creyendo y apoyándonos mucho en Dios”.
“Me entregué de lleno al rosario con suma dedicación y devoción. Y pese a que Salvador ya está mejor, sigo hablando cada día con Diosito y ofreciéndole todo lo que hago. El nacimiento de Salvador fue algo que me hizo pegarme mucho a Dios y a la Virgen, y hoy los siento más cerca que nunca. Sé que ellos están junto a mí y a mi familia, los he sentido”, aseveró la modelo.
La presentadora aseguró que durante el proceso de recuperación de su hijo y la reafirmación de su fe por el todopoderoso la ha llevado a experimentar dos episodios místicos, concretamente con la madre de Jesucristo.
