
Se trata de una pantalla facial E-safe cuya función es generar una barrera física que protege el rostro del contacto con fluidos y partículas que puedan estar contaminados. El producto está destinado a trabajadores del área de seguridad, servicios generales, conductores de transporte masivo, atención al público y voluntarios en general que interactúan con grupos numerosos de personas.
También puede ser utilizado por recicladores de oficio, quienes tienen una alta vulnerabilidad a la hora de clasificar residuos en las viviendas y se han entregado 500 caretas para la Asociación de Recicladores Logirec ubicado en el barrio de Alameda sur.
La iniciativa planteada por el equipo del SENA surge de la necesidad y las recomendaciones del uso de elementos de protección personal (EPP) del Ministerio de Salud, para una mayor protección y aislamiento en la cadena de contagio, evitando el contacto directo con otras personas y/o con el medio ambiente. Este insumo, diseñado con la asesoría de instituciones prestadoras de salud en cuanto a ergonomía y funcionalidad, es de bajo costo, fácil ensamble y rápida producción.
“Este es un grano de arena que el SENA aporta a la sociedad, es nuestra responsabilidad social la de proteger a nuestra población y desde el conocimiento y habilidades de nuestros instructores, aprendices y servidores, con uso de tecnologías, conocimiento y alianzas estratégicas, logramos desarrollar elementos de protección innovadores y de calidad”, afirmó Rodolfo Martínez Pérez, subdirector del Centro de Diseño y Metrología.