La humanidad se ha enfrentado a plagas y pandemias de enfermedades desde hace millones de años.
La peste negra, la llamada gripe española o la viruela dejaron a su paso millones de muertos en el mundo en distintas épocas de la historia.
Se recuerda con horror las secuelas de la epidemia de poliomielitis, que se ensañó especialmente con los niños hasta que se encontró una vacuna.
Todas causaron estragos en la población y acabaron impulsando avances médicos y mejoras en los sistemas de salud pública.
Todas causaron también enormes desafíos sociales y económicos en su tiempo.
Sucedió entonces y volverá a suceder ahora con el nuevo coronavirus, que según las cifras oficiales, ya ha matado a más personas en el continente americano que en Europa o en China, donde se originó el brote.
Pero mientras los libros recuerdan algunas de esta epidemias, otras cayeron en el olvido.
Es lo que sucedió con una gripe catastrófica en 1968.
En septiembre de ese año se extendió por Estados Unidos una agresivo patógeno que acabaría por pasar a la historia como la pandemia de gripe de Hong Kong, por el sitio en el que se localizó el primer caso.
De hecho, la de Hong Kong es una de los 3 brotes mundiales pandémicos de influenza de la gripe que ocurrieron el siglo pasado: la "española" en 1918, la conocida como gripe asiática de 1957 y ésta que comenzó en 1968.